GESTIÓN CULTURAL Y ANTROPOLOGÍA (AMIGAS Y RIVALES)

Son dos conceptos separados y sin embargo conectados y hasta dependientes uno del otro. Dependientes para su crecimiento, conocimiento y beneficio para la sociedad. Hay un prejuicio (entre los infinitos prejuicios que dominan nuestra mente humana) que se instala en función de la la gestión cultural y la antropología. La Antropología,o más bien los Antropólogos, comienzan su visión hacia la Gestión Cultural con desconfianza. “¿Qué es eso? ¿con qué se come? ¿para qué sirve?, ¿es mi competencia?, si es solo hacer eventitos, organizar conciertos, exposiciones, mercantilizar la cultura, festivales”. Este menosprecio por otro lado no es nuevo en el pensamiento humano en cuanto a cualquier rama que no conoce. Así los ingenieros menosprecian a las ciencias sociales y las ciencias sociales a los ingenieros, los carnívoros a los vegetarianos, las mujeres a los varones, los varones a las mujeres, los del Wilster a los de Bolivar, los viejos a los jóvenes, los jóvenes a los viejos, los que usas IOS a los que usan Android, el esposo a la esposa, los de la derecha a los de la izquierda, los del A a los de B, los del B a los del A, los alumnos a los profes, los profes a los alumnos. En todos los casos el menosprecio siempre tiene un común denominador, el desconocimiento del otro. En cuanto conocemos mejor a los ingenieros, a los del B, a los del Wilster a la Gestión Cultural, al otro comienza el peligroso territorio de entender y quizá volvernos un poquito el otro. Es lo que le pasa al que organizaba eventos y creía que hacía Gestión Cultural, cuando estudia la Gestión Cultural y se vuelve un poquito Antropólogo, un poquito Administrador de empresas, un poquito estudioso de la estética y sobre todo del conocimiento del otro, y entonces algo cambia y ya no hay el otro sino el nosotros.

HACER GESTIÓN NO ES ORGANIZAR EVENTOS.

Parece demasiado obvio para alguien que practica la Gestión Cultural y sin embargo es importante recordarlo, hacer eventos “culturales” no es hacer gestión cultural, no es buscar auspicios, poner “vaquita” para un evento, buscar público y que nos vaya bien. De hecho todo eso es la Anti Gestión Cultural, lo que lleva a la gente al prejuicio y a muchos lamentables gobernantes nombrar a la cultura como “un gasto absurdo”.

La Gestión Cultural es la visión de una sociedad diferente, planificada con igualdad, en base a los derechos culturales y derechos humanos. Pero también en base a una visión de una sociedad emancipada en la que el individuo es protagonista consciente de lo que es ejercer su ciudadanía (saber porqué actúa así y cómo se proyecta en su vida).

HACER GESTIÓN NO SE SOLUCIONA CON CURSOS DE UNA SEMANA DE GESTIÓN CULTURALES

La peor solución (pero lastimosamente muy común) es hacer tallercitos de Gestión Cultural donde se ofrece a los talleristas durante una semana recetas (que parecen de cocina) de cómo llenar formularios de proyectos de Gestión Cultural. Como resultado de esta pésima práctica tenemos bailarines de danza contemporánea que se convierten en clientes de financiamientos extranjeros pero que no tienen realmente objetivos de cambio social, sino de darse trabajo a sí mismos, de vivir de su arte dirían ellos. Y esto mismo se hace con el teatro, con la música o con cualquier otra disciplina. Los tallleres de receta, digo de llenado de formularios de Gestión Cultural, también son la antigestión cultural.

EL ARTISTA NO DEBE SER AYUDADO POR NADIE Y POR SU PUESTO NO POR LA GESTIÓN CULTURAL

Hay una mala costumbre instalada en los autollamados artistas de pensar que alguien tiene que financiarles su arte, que eso es un derecho y para eso sirve la Gestión Cultural. Hay que repetirlo aunque duela, eso se llama Managment Artístico, no Gestión Cultural. El objetivo de financiar un artista y que viva de su arte, es ofrecer un producto estético que genere ingresos económicos para el artista. Esa visión está alejada del objetivo de incidencia social que tiene la Gestión Cultural. Entonces no, eso no es hacer gestión cultural. En el mejor de los casos es Gestión empresarial Artística. Por lo tanto ni el estado ni nadie le debe a un artista que financiar nada para que viva de su arte. Es un mercado (cruel como todos los mercados) en los que se impone el gusto de las personas y la calidad del producto.

CÓMO ES ENTONCES

Está claro entonces que para hacer Gestión Cultural tenemos que cumplir por un proceso complejo de aprendizaje que tiene todo que ver con la academia y la amplitud de pensamiento. Como estas líneas son apenas un resumen extremadamente apretado de un pensamiento, voy a tratar de resumir algunos requisitos para ejercer la Gestión Cultural:

1) Conocer Cultura .- Es decir tener un conocimiento profundo del ser humano y sus prácticas en todas sus posibilidades y tiempos. Despojarse de pensar que hay una cultura mejor y otra no tanto. Despojarse de ideas de que allá o acá tenemos algo mejor o peor. Sino de entender a la cultura como una fuente común de todo ser humano para conocerlo y entenderlo. Acá la Antropología es un manatial organizado de conocimiento que tenemos que darle buen uso. Las tesis de Antropología deben ser tomadas por la Gestión, en vez de tomar polvo en las universidades o nubes digitales.

2) Sensibilidad estética.- El arte cumple la función de herramienta para un fin. Es decir, es nuestra conexión humana en función de lo que da sentido a nuestra existencia; la noción de belleza. Para trabajar esta compleja materia debemos despojarnos (lo cual es un proceso difícil pero posible) del gusto individual; no hacer la típica de que como me gusta el folclore entonces quiero hacer mis proyectos con “nuestra música”, como me gusta el impresionismo quiero traer exposiciones de Monet a Cochabamba. Eso no quiere decir no hacer conciertos de nuestra música o exposiciones de Monet, pero es escencial la reflexión de por qué elijo, que elijo y de que no sea una razón escencia el “es que me gusta”. El mismo estudio de la estética nos lleva a la conclusión de la complejidad de esta materia y lo dificil y negativo que va a ser ser prejuicioso a la hora de juzgarla. No creo que sea la única forma pero yo propongo un sistema inspirado en el trabajo Estética de Virtud de Roger Poivet para salir de la visión de gusto y entrar en la visión de comprensión y medida de calidad por objetivos. Tengo un artículo al respecto para quien le interese profundizar.

3) Visión a largo plazo .- El proyecto de Gestión Cultural debe verse como los pequeños pasos que construimos para ser una sociedad que cumple con los derechos humanos y culturales. Por ejemplo, no voy a solucionar el problema del agua con una campaña para cuidar el agua. Sino que tengo que intervenir la relación del ser humano con el agua desde su relación íntima, colectiva y estética con ella. Esto puedo hacerla con exposiciones, intervenciones obras estéticas o lo que quiera, pero todas ellas deben ser parte de un proyecto claro y a largo plazo para lograr el fin, por ejemplo, de no desperdiciar tanta agua. No le voy a decir a la persona que está mal botar agua o contaminarla, ese concepto en teoría ya lo tienen la mayoría. Lo que voy a hacer es que le duela botar agua que sea incapaz de contaminarla, y eso va a tomar tiempo pero será cambio profundo y permanente.

Con estos tres aspectos podemos empezar a hacer Gestión Cultural. Como verán es un mundo apasionante e inclusivo, todos deberíamos de entrarle, no solo los gestores, debemos como decía a un principio abandonar trincheras mentales y comenzar a vivir en una sociedad que se comprende y se proyecta culturalmente hacia un destino emancipado.

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